ciudadania

Todas las personas son sujetos que poseen ciertos derechos, deberes y conocimiento, que las y los hace convertirse en ciudadanos de un país específico. En este sentido, la ciudadanía democrática depende de un conjunto de condiciones políticas y morales que pueden ser destruidas o cuestionadas muy fácilmente(Arendt 2013:4); dentro del porcentaje de derechos que los ciudadanos y ciudadanas de un país poseen encontramos el derecho de vida, derecho a la integridad física y psicológica y el derecho a la libertad sexual, estos derechos antes mencionados son algunos de los cuales se ven mermados debido al grave índice de violencia sexual escolar en el Perú. Es importante mencionar el hecho de que las víctimas de violencia sexual escolar, quienes en su mayoría son niñas y adolescentes, no son consideradas ciudadanas, esto se debe a la existencia de desigualdad de derechos que ocurre en el país y al patriarcado el cual “fue la primera estructura de dominación y subordinación de la historia y aún hoy sigue siendo un sistema básico de dominación” (Cagigas 2000:1).
Hay que tener en cuenta que el Perú se mueve en términos masculinos y las mujeres y diversidades no entran en la norma, en lo importante y en lo común. Esto eventualmente lleva a que sean las niñas y adolescentes quienes sufren o tienden a sufrir de mayor violencia sexual a lo largo de su vida, así mismo, no son realmente consideradas ciudadanas, además las denuncias sobre violencia sexual escolar se ven mayormente minimizadas y relegadas. Consecuentemente, esto significa que el ejercicio ciudadano de las niñas y adolescentes no se ejerce con la satisfacción que debería. Por un lado, la forma en la que la violencia sexual llega a mermar la práctica ciudadana de las niñas y adolescentes es mediante la destrucción de la libertad sexual. Esto conlleva a la acción de limitar la elección que una persona tiene y merece de tomar decisiones respecto a cierto tema; la toma de decisiones no debe de estar determinada por las decisiones o influencia de una persona, ya sea docentes, empleados o alumnos de la institución educativa, sobre otra persona, quien en este caso sería la víctima, tampoco debe ser obligada u obligado a tomar una decisión por la fuerza. Por otro la destrucción de la integridad física y psicológica se da cuando la violencia sexual se lleva a cabo o existen intenciones de la otra persona de que ocurra actos violentos en contra del otro individuo, una vez que esto sucede es cuando la integridad física y emocional, un derecho humano fundamental, de la estudiante se ve mermada. Esto se ve desde escenas de acoso verbal y físico hasta tocamientos indebidos y por último agresión sexual.